sábado, 19 de octubre de 2013

✍... Solo punto y aparte.

La práctica hace al maestro, sin duda. E inclusive otorga agilidad a los dedos; dedos que se rehúsan a escribir lo que las aletargadas ideas intentan articular para hacer un texto comprensible, ágil y de interés. ¿Para quién? Quizás para mí, quizás para alguien más o quizás, simplemente para dejar una huella personal en este inmenso mundo de mundos y no perderme la pista.

Como quiera que sea, cuando entré a revisar este blog, ¡después de tanto tiempo!, sentí la ligera tentación de cerrarlo y crear otro nuevo. Hacer un punto y aparte, para comenzar, con un nuevo renglón, esta nueva etapa de mi vida. Pero resulta que mi vida, la única que poseo, es ésta. Y si hay un punto y aparte es para comenzar un nuevo párrafo que encuentre su sentido en el anterior, que prepare un nuevo aprendizaje para el que vendrá. Aprendizaje, finalmente, propio y personal, que solamente puede ser compartido con los demás como un suspiro educado que no pretende ejemplificar ni determinar nada, sólo comunicar.


La consecución de nuestras vidas puede dividirse en muchas etapas, momentos y circunstancias, pero siempre será uno el hilo conductor, porque una es la oportunidad de ser y estar en este mundo humano, con humanos, como humanos.


Y es así que la práctica hace al maestro, no sólo para escribir, sino para vivir, y luego, dado el caso, compartir lo vivido.